Frases de Miguel Hernández

Miguel Hernández Gilabert, o solo citado como Miguel Hernández, fue un importantísimo poeta y dramaturgo de origen español, de quien siempre se habla cuando se menciona a la literatura del siglo XX en España, gracias a sus varios aportes.

Nacido el 30 de octubre del año 1910, desde temprana edad se interesó por la lectura, de donde surgió su inspiración para lograr escribir proyectos después, tales como: Quién te vió y quién te ve y sombra de lo que eras, Nenas de la cebolla y Los hijos de la piedra.

Más allá de que murió el 28 de marzo del año 1924, sus proyectos siguen siendo importantes, y entonces nombradas y consumidas, de las cuales tomamos para mostrar sus superiores oraciones.

 

Frases de Miguel Hernández de amor

Era esperable que los poetas aborden en sus poemarios temas de amor, de hecho, este tiende a ser el sentimiento que todos toman como fuente de inspiración para escribir, y Miguel Hernández sí que nos da oraciones de amor bellísimas que puedes dedicar:

  1. ¿Quién llenará este vacío de cielo desalentado que deja tu cuerpo al mío? (Cancionero y romancero de ausencias).
  2. Pasó el cariño, la luna, entre nosotros y devoró los cuerpos solitarios. Y somos dos fantasmas que se buscan y están lejanos. (Cancionero y romancero de ausencias).
  3. Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio. (Nanas de la cebolla).
  4. Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí acaba. (El rayo que no cesa).
  5. No me importa: no me muero por ser imbécil, imbécil estoy, y si sé que imbécil soy, sé que hasta imbécil te quiero. (El labrador de más aire).
  6. Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor, la tabla que procuro, si no es tu voz, el norte que pretendo. (El rayo que no cesa).
Frases de Miguel Hernández

Frases de Miguel Hernández bonitas

De la misma manera, Miguel Hernández llegó a escribir varios mensajes lindos, los cuales actualmente es viable utilizarlos para inspirar un mensaje propio, o más bien para copiarlo y enviarlo a esa persona particular, para disfrute del mensaje, algunos son:

  1. En vuestra mano está la independencia del ala, la independencia de todo el mundo, soldados voladores. (El hombre acecha).
  2. Una gota de pura valentía vale más que un mar cobarde. (Viento del pueblo).
  3. Y no tienes idea, amor, que si tú el lado mejor conoces de mi vida cruda, yo nada más soy yo cuando estoy solo. (El rayo que no cesa).
  4. El vuelo significa la alegría más alta, la agilidad más viva, la juventud más estable. (El hombre acecha).
  5. Dos especies de manos se combaten en la vida, brotan del corazón, irrumpen por los brazos, saltan, y desembocan sobre la luz herida a golpes, a zarpazos. (Las manos).

 

Frases de Miguel Hernández para compartir

Si sencillamente quieres comunicar algún contenido en las comunidades, acompañado de una cita de este importantísimo poeta y dramaturgo, entonces te dejamos una selección de las superiores, logrando elegir por la que sea más favorable para ti:

  1. Detened ese tren agonizante que jamás termina de atravesar la noche. (El hombre acecha).
  2. Muchos tragos es la vida y un solo trago es la desaparición. (Sentado sobre los muertos).
  3. Ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma. (Nanas de la cebolla).
  4. El mar además escoge puertos donde reír como los marineros. (El mar además elige).
  5. Basta mirar: se cubre enserio la mirada. (No quiso ser).
  6. Vio turbio su mañana y se quedó en su ayer. No quiso ser. (No quiso ser).
Frases de Miguel Hernández

FRASES

01- Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo.
El sol, la rosa y el niño

02- ¿Quién llenará este vacío de cielo desalentado que deja tu cuerpo al mío?
Cancionero y romancero de ausencias

03- Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme a la tierra, que yo te escribiré.
Carta

04- Pasó el amor, la luna, entre nosotros y devoró los cuerpos solitarios. Y somos dos fantasmas que se buscan y se encuentran lejanos.
Cancionero y romancero de ausencias

05- Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio.

06- Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí termina.
El rayo que no cesa

07- Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea.
Nanas de cebolla

08- No vale entristecerse. La sombra que te lo ha dado, la sombra que se lo lleve.

09- Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos.
Sin tu huella

10- Adiós, hermanos, camaradas y amigos, ¡despedidme del sol y de los trigos!

11- Dejadme la esperanza.
Canción última

12- No me importa: no me muero por ser tonto, tonto estoy, y si sé que tonto soy, sé que hasta tonto te quiero.
El labrador de más aire

13- Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor, la tabla que procuro, si no es tu voz, el norte que pretendo.
El rayo que no cesa

14- ¿Quieres bajo la tierra? Bajo la tierra quiero porque hacia donde corras quiere correr mi cuerpo. Ardo desde allí abajo y alumbro tus recuerdos.
Dime desde allá abajo

15- El mundo es como aparece ante mis cinco sentidos, y ante los tuyos que son las orillas de los míos.
El mundo de los demás

16- El mundo de los demás no es el nuestro: no es el mismo. Lecho del agua que soy, tú, los dos, somos el río.
El mundo de los demás

17- Alondra de mi casa, ríete mucho. Es tu risa en los ojos la luz del mundo.
Nanas de la cebolla

18- Cada día lo desea más mi sangre y se me agranda de amor y se me desbanda, y no llego a comprender por qué no lo he de querer si el corazón me lo manda.
El labrador de más aire

19- Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños.

20- A mí me ha de enamorar, de una manera acendrada, mujer que no luzca nada sino este particular: como la tierra ha de ser de sencilla y amorosa, que así será más esposa y así será más mujer.
El labrador de más aire

21- No sé qué es de mi oreja sin tu acento, ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí termina.
Mis ojos sin tus ojos

22- No te hieran por la espalda, vive cara a cara y muere con el pecho ante las balas, ancho como las paredes.
Viento del pueblo

23- Basta mirar: se cubre de verdad la mirada. Basta escuchar: retumba la sangre en las orejas. De cada aliento sale la ardiente bocanada de tantos corazones unidos por parejas.
El hombre acecha

24- Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.
Elegía

25- Tú, tu vientre caudaloso, el hijo y el palomar. Esposa, sobre tu esposo suenan los pasos del mar.
Cantar

26- Escribí en el arenal los tres nombres de la vida: vida, muerte, amor. Una ráfaga de mar, tantas claras veces ida, vino y los borró.
Escribí en el arenal

27- Esta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala. Este rosal sin ventura, este espliego júbilo exhala.
Madrid

28- Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento.
Euzkadi

29- El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende.
El hambre

30- Esta España que, nunca satisfecha de malograr la flor de la cizaña, de una cosecha pasa a otra cosecha: esta España.
Jornaleros

31- No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Elegía

32- Por las calles voy dejando algo que voy recogiendo: pedazos de vida mía venidos desde muy lejos.
Cancionero y romancero de ausencias

33- Rueda que irás muy lejos, vuela que irás muy alto. Torre del día eres, del tiempo y del espacio.
Niño

34- ¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla, pero qué injustamente arrebatada! No sabe andar despacio, y acuchilla cuando menos se espera su turbia cuchillada.
Elegía Primera

35- Se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía.
El rayo que no cesa

36- En este campo estuvo el mar. Alguna vez volverá. Si alguna vez una gota roza este campo, este campo siente el recuerdo del mar. Alguna vez volverá.
En este campo

37- Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenero.
Elegía

38- Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes. Tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes. Tristes. Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes. Tristes.
Tristes guerras

39- Pero el silencio puede más que tanto instrumento.
Elegía primera

40- El mar también elige puertos donde morir, como los marineros… el mar de los que fueron.
El mar también elige

41- ¿No cesará esta terca estalactitas de cultivar sus duras cabelleras como espadas y rígidas hogueras hacia mi corazón que muge y grita?
El rayo que no cesa

42- Entro despacio, se me cae la frente despacio, el corazón se me desgarra despacio, y despaciosa y negramente vuelvo a llorar al pie de una guitarra.
Elegía Primera

43- Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.
Elegía

44- Alrededor de tu piel ato y desato la mía. Un mediodía de miel rezumas: un mediodía.
Cantar

45- ¿Quién en esta casa entró y la apartó del desierto? Para que me acuerde yo alguien que soy yo y ha muerto.
Cantar

46- Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene, y aquí estoy para morir, cuando la hora me llegue.
Sentado sobre los muertos

47- Que mi voz suba a los montes y baje a la tierra y truene, eso pide mi garganta desde ahora y desde siempre.
Sentado sobre los muertos

48- Caigo en la madrugada del tiempo, del pasado. Me arrojan de la noche. Y ante la luz hiriente vuelvo a llorar desnudo, como siempre he llorado.
El niño de la noche

49- En vuestra mano está la libertad del ala, la libertad del mundo, soldados voladores.
El hombre acecha

50- Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde.
Viento del pueblo

51- Y no sabes, amor, que si tú el lado mejor conoces de mi vida cruda, yo nada más soy yo cuando estoy solo.
El rayo que no cesa

52- El vuelo significa la alegría más alta, la agilidad más viva, la juventud más firme.
El hombre acecha

53- Dos especies de manos se enfrentan en la vida, brotan del corazón, irrumpen por los brazos, saltan, y desembocan sobre la luz herida a golpes, a zarpazos.
Las manos

54- La mano es la herramienta del alma, su mensaje, y el cuerpo tiene en ella su rama combatiente. Alzad, moved las manos en un gran oleaje, hombres de mi simiente.
Las manos

55- La mujer sin el hombre apagada va. Apagado va el hombre sin luz de mujer.
Cancionero y romancero de ausencias

56- No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
El rayo que no cesa

57- Eso sí: somos algo. Nuestros cinco sentido en todo arraigan, piden posesión y locura.
El hombre acecha

58- Detened ese tren agonizante que nunca acaba de cruzar la noche.
El hombre acecha

59- Muchos tragos es la vida y un solo trago es la muerte.
Sentado sobre los muertos

60- Ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma.
Nanas de la cebolla

61- El mar también elige puertos donde reír como los marineros.
El mar también elige

62- Basta mirar: se cubre de verdad la mirada.
No quiso ser

63- Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias. Regresará del llanto adonde fue llevada con su desierta mesa, con su ruinosa cama.
Canción última

64- Voy alado a la agonía arrastrándome me veo en el umbral, en el fundo latente de nacimiento.
Cancionero y romancero de ausencias

65- Jornaleros que habéis cobrado en plomo sufrimientos, trabajos y dineros. Cuerpos de sometido y alto lomo: jornaleros.
Jornaleros

66- Vio turbio su mañana y se quedó en su ayer. No quiso ser.
No quiso ser

67- Tu risa me hace libre, me pone alas.
Nanas de la cebolla

68- He muerto sonriendo serenamente triste.
El niño de la noche

69- Mi cuerpo en una densa constelación gravita.
El niño de la noche

70- Vientre: carne central de todo lo existente.
El niño de la noche

71- Ser de vuelo tan alto, tan extendido, que tu carne parece cielo cernido.
Nanas de la cebolla

72- Es tu risa la espada más victoriosa. Vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor.
Nanas de la cebolla

73- Mi casa es un ataúd. Bajo la lluvia redobla y ahuyenta las golondrinas que no la quisieran torva. En mi casa falta un cuerpo, dos en nuestra casa sobran.
Mi casa contigo era

74- Florecerán los besos sobre las almohadas. Y en torno de los cuerpos elevará la sábana su intensa enredadera nocturna, perfumada.
Canción última

75- El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza.
Canción última

76- Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen.
Llamo a la juventud

77- Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
Elegía

78- Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta. Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama, tendré apretados los diente y decidida la barba.
Vientos del pueblo me llevan

79- Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.
Vientos del pueblo me llevan

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